Referencia

Lv, Q., Chen, Z., Wu, C. Peñuelas, J. et al. Increasing severity of large-scale fires prolongs recovery time of forests globally since 2001. Nat Ecol Evol 9, 980–992 (2025). https://www.nature.com/articles/s41559-025-02683-x

Autoras/es

Qiancheng Lv, Ziyue Chen, Chaoyang Wu, Josep Peñuelas, Lei Fan, Yongxian Su, Zeyu Yang, Manchun Li, Bingbo Gao, Jianqiang Hu, Chaoqun Zhang, Yuheng Fu & Qiao Wang

Ficha elaborada por

Los incendios forestales de gran escala se intensifican y complican la capacidad de regeneración de los bosques

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Incendio en una zona de matorral
2025
Objetivos

Los objetivos son analizar cómo ha variado la severidad de los incendios forestales de gran escala en todo el mundo, determinar hasta qué punto la mayor intensidad del fuego afecta al tiempo de recuperación de los árboles y aportar evidencias científicas que permitan mejorar las estrategias de gestión forestal y adaptación al cambio climático.

Métodos básicos

Se utilizaron datos globales de teledetección por satélites del período 2001-2020 para identificar incendios forestales de gran escala y cuantificar su severidad. Se identificaron 3.281 incendios de gran escala, considerando todos aquellos que hubiesen quemado más de 10 km2.

Se calculó el tiempo de recuperación de la cobertura arbórea después de cada incendio, basándose en indicadores de verdor y densidad de la vegetación observada. Se establecieron comparaciones entre distintos biomas y regiones del mundo para detectar patrones generales, tanto a nivel global como regional, entre la cantidad de afectación y el retraso en la recuperación. También se tuvo en cuenta cómo otros factores (humedad del suelo, condiciones meteorológicas y climáticas posteriores, etc.) modulan la capacidad de regeneración.

Zona de estudio: bosques de todo el mundo afectados por incendios de gran escala entre 2001 y 2020

Resultados principales
  • La severidad de los incendios forestales de gran escala ha aumentado de forma sostenida a nivel global en las últimas dos décadas. Especialmente se detecta un punto de inflexión claro a partir de 2010, cuando los incendios de gran escala comienzan a ser sistemáticamente más severos y cubrir áreas más extensas.
  • Este incremento de severidad se asocia con un alargamiento significativo del tiempo necesario para que los bosques recuperen su cobertura arbórea. Antes de 2010, los bosques tardaban unos 4 años de media global en recuperar su biomasa pero ahora necesitan entre 4 y 5 meses adicionales. También se necesitan entre 4 y 5 meses más para recuperar el dosel forestal, es decir, la capa superior del bosque formada por las copas de los árboles. Para poder recuperar la productividad primaria bruta, los bosques tardan ahora 11 meses más de media, y más si las condiciones posteriores son adversas (sequía, altas temperaturas, etc.).
  • Hay una relación positiva clara entre la severidad y el tiempo de recuperación: cuanto más grave ha sido el incendio, más años tarda el bosque en recuperarse.
  • Existen ciertas diferencias entre biomas. En los bosques boreales, por ejemplo, menos de un tercio de los que han sido afectados por incendios severos consiguen recuperarse completamente en menos de 7 años. Sin embargo, los bosques tropicales, más húmedos, suelen tener recuperaciones más rápidas. Los mediterráneos son particularmente vulnerables.
Conclusiones

Los resultados muestran que los incendios forestales, cada vez más severos, comprometen la capacidad de regeneración natural de los bosques. Esto implica que la gestión forestal y la planificación territorial deben tener en cuenta que los ecosistemas necesitarán períodos de recuperación más largos y que pueden ser más vulnerables a nuevos incendios recurrentes.

Para Cataluña y otras regiones mediterráneas, donde la frecuencia e intensidad de los fuegos está aumentando, estos conocimientos son clave para reforzar políticas de prevención, restauración y adaptación al cambio climático. Para la gestión del territorio y la conservación, estos resultados indican la necesidad de:

  • Prevenir incendios con estrategias proactivas, puesto que reducir la severidad de los propios incendios podría tener un impacto muy favorable.
  • Realizar restauración activa en zonas quemadas de forma severa, aprovechando especies mejor adaptadas al fuego y facilitando un refugio para las plántulas y los vástagos.
  • Priorizar intervenciones en los ecosistemas más vulnerables como zonas mediterráneas o bosques más secos, ya que allí el retraso de recuperación puede hacerse más crítico ante el aumento de la frecuencia y severidad de los incendios.
  • Incorporar los cambios en el tiempo de recuperación en los modelos, a fin de adaptarlos a las nuevas condiciones y evitar hacerlos demasiado optimistas.