Referencia

Ninot, J. M., Anadon-Rosell, A., Molino, A., Grau, O., Caminal, M., Casanovas, A., … Carrillo, E. (2025). Similar functional structure and encroaching dynamics in two Juniperus species with contrasting distribution patterns. Folia Geobotanica, 59, 129-146. https://doi.org/10.1007/s12224-025-09459-y

Autoras/es

Josep M. Ninot, Alba Anadon-Rosell, Aldo Molino, Oriol Grau, Moisès Caminal, Amanda Casanovas & Empar Carrillo

Ficha elaborada por

¿Cómo se expanden el enebro y la sabina en los Pirineos y qué implica para la sucesión forestal?

Average: 1 (4 votos)
Rama de enebro (Juniperus communis) con frutos verdes
2025
Objetivos

Documentar y entender los mecanismos por los que los matorrales postrados de Juniperus communis var. intermedia, o enebro, y de J. sabina, o sabina, se expanden y llenan de matas los prados en los Pirineos. También se quiere averiguar si estos mecanismos pueden explicar por qué dos especies muy similares en estructura y comportamiento ecológico en un valle pirenaico presentan, en cambio, patrones ecológicos y biogeográficos tan contrastados a escalas regional y global.

Métodos básicos

En tres localidades situadas a diferentes altitudes (entre 1300 y 2100 m s.n.m.) hemos realizado un análisis comparativo entre las dos especies en base a diferentes rasgos funcionales (altura y estructura aéreas, superficie específica y densidad foliares, peso de la semilla), a la tasa de expansión radial o crecimiento primario de los matorrales por dendrocronología, y a la estructura de sus poblaciones. También hemos documentado su fenología y la propensión de los matorrales para facilitar su posterior embosquinamiento.

Especies y área de estudio: Los estudios se realizaron en los valles de Espot y de Jou (Pirineos catalanes), donde enebro y sabina forman manchas postradas sobre prados de pasto. Estos espacios han crecido en número y tamaño durante las últimas décadas, en paralelo a la disminución de la presión ganadera tradicional.

Resultados principales

Los rasgos más destacados sobre la funcionalidad y la expansión:

  1. Ambas especies son muy similares en cuanto a la mayoría de rasgos analizados, y además los valores varían a lo largo del gradiente de altitud similarmente en ambas. Sólo son claramente diferentes en las que J. sabina hace semillas bastante mayores (aproximadamente pesan el doble) que J. communis, y en que este último produce muchas más (quizás 20 veces más). También hemos observado que, mientras que el enebro florece masivamente en primavera, la sabina lo hace irregularmente entre finales de invierno y primavera, y entre finales de verano y otoño.
  2. En cuanto a la expansión de los matorrales, en ambas especies es bastante activa, con un crecimiento radial superior en J. sabina (~8,7 cm/año) que en J. communis (~6,5 cm/año), todo ello con variaciones a lo largo del gradiente de altitud.
  3. Otra diferencia notable es que, mientras que en el enebro cada matorral suele mantener una estructura jerárquica, con troncos más antiguos progresivamente más gruesos, la estructura de la sabina se basa en troncos de grosor moderado, que arraigan activamente y que se han convertido en independientes de los troncos más antiguos, que en general ya han desaparecido. Así, J. sabina tiene un crecimiento clonal, algo excepcional entre las coníferas, que le permite, no sólo multiplicarse vegetativamente, sino también ser más resistente a fenómenos de perturbación, como el fuego o las sequías extremas.

Sobre la estructura y dinámica de las poblaciones, éstos serían los principales resultados:

  1. Las poblaciones de enebro están formadas por numerosos matorrales o individuos, distribuidos en clases de tamaño y edad con dominancia de los de tamaño pequeño o medio (menos de 6 m de diámetro), nacidos hace menos de 40 años; y sólo en la localidad de mayor altitud hay algún matorral realmente grande y viejo, de más de un siglo de edad.
  2. En las poblaciones de sabina, en cambio, las clases de tamaño y edad están bastante más repartidas, ya que los matorrales pequeños o recientes son muy escasos, la mayoría se reparten entre 5 y 15 m de diámetro (entre 20 y 60 años) y algunos son muy extensos (de 15 a 20 m de diámetro, más de 80 años).
  3. En algunos casos, manchas de sabina que ahora se encuentran separados en el espacio, deben ser antiguos matorrales (de más de un siglo de edad) que fueron expandiéndose radialmente y donde fue desapareciendo la parte central, por envejecimiento.
  4. Aunque ambas especies se encuentran básicamente en los mismos ambientes, J. sabina es ligeramente más frecuente en lugares más rocosos o de prado seco irregular, que en prados mesófilos o cerrados.

Sea como fuere, tanto las enebillas como las sabinosas facilitan la sucesión secundaria forestal, ya que propician el establecimiento de otros arbustos más altos (Rosa sp. pl., Rhamnus cathartica) y de árboles (Pinus sylvestris, P. uncinata, Betula pendula) dentro del matorral. Éstos, acaban desplazando a los Juniperus, que viven mal bajo dossers arbóreos. En el caso de J. communis la dinámica de la vegetación que va desde los prados pastados hasta los bosques procedería más deprisa, tanto por la dinámica poblacional de la especie como por los hábitats a menudo más favorables que coloniza. En J. sabina la sucesión procedería más lentamente o irregularmente, y los ambientes rocosos que a menudo ocupa facilitarían su persistencia a escala de valle pirenaico.

Conclusiones

A pesar de compartir una estructura funcional muy similar y una capacidad expansiva comparable, Juniperus communis y J. sabina presentan estrategias reproductivas muy distintas que condicionan su dinámica poblacional y su distribución a gran escala. El enebro, con una elevada producción de semillas y un establecimiento más activo, muestra una colonización más eficiente de los prados y una presencia más extensa en el hemisferio norte. Sin embargo, la sabina, con una baja producción de semillas pero con una estrategia clonal persistente, mantiene poblaciones estables en ambientes difíciles y menos favorables a la sucesión rápida.

Para los gestores del territorio, este conocimiento aporta herramientas para interpretar la evolución de los paisajes de montaña después del abandono del pastoreo, y para anticipar la velocidad y dirección de los procesos de sucesión secundaria forestal. Identificar cuál de las dos especies domina puede ser clave para la planificación de acciones de gestión activa o restauración ecológica, especialmente en contextos de cambio climático y presión socioeconómica sobre los usos del suelo.