Coello J, Piqué M, Beltrán M, Coll L, Palero N, Guitart L. 2022. Gestió adaptativa i
naturalística en boscos mixtos mediterranis subhumits: alzinars, castanyedes, rouredes i pinedes. Centre de
Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya, Solsona (Lleida); Centre de la Propietat Forestal, Santa Perpètua
de Mogoda (Barcelona). 104 p.
¿Cómo promover una gestión adaptativa y naturalista en bosques mixtos mediterráneos subhúmedos?
Mostrar los fundamentos, los resultados y las lecciones aprendidas de la aplicación en cerca de 200 ha de una silvicultura con criterios de adaptación al cambio climático y naturalistas en bosques mixtos (con más de una especie) en condiciones mediterráneas subhúmedas.
Área de estudio: macizos del Montseny, Montnegre-Corredor, Bellmunt-Collsacabra y valles del sur del Ripollès.
En estas áreas predominan los bosques dominados por encina, castaño, pino (rojo, marítimo o piñonero) y roble (de hoja grande, africano o melojo). Estos bosques se caracterizan por un crecimiento relativamente rápido y por su diversidad de especies. A pesar de su interés, que resultó en aprovechamientos diversos en el pasado, en muchos de estos bosques se ha reducido mucho la gestión en las últimas décadas. Como resultado, suelen presentar una densidad excesiva y con ella una pérdida de vitalidad del arbolado y una simplificación de la estructura forestal que afecta negativamente a la biodiversidad. Estos hechos agravan la vulnerabilidad de estos bosques a los efectos del cambio climático, especialmente, a la sequía y los incendios. Además, gran parte de esta superficie es periurbana, y por tanto hay muchas demandas sociales simultáneas hacia estos ecosistemas.
En el marco del proyecto europeo LIFE MixForChange (2016-22) se realizó en casi 200 ha de estas condiciones una primera actuación de gestión forestal con criterios de adaptación al cambio climático y de silvicultura naturalista o cercana a la naturaleza. Estos principios incluyen la promoción de la complejidad del bosque (en diversidad de especies y tamaños de árboles), el fomento de la vitalidad y la estabilidad del arbolado y también de la regeneración sexual, la protección del suelo, la reducción de la vulnerabilidad estructural a incendios forestales y también el logro de una gestión sostenible económicamente. Para conseguirlo, se aprovechan los procesos naturales favorables a estos objetivos (ej.: mantenimiento de un microclima oscuro y húmedo dentro del bosque para limitar el desarrollo del sotobosque y promover la buena conformación de los árboles) prestando atención al papel de cada árbol en el ecosistema.
La aplicación práctica de una silvicultura con criterios de adaptación al cambio climático y cercana a la naturaleza se basa en un diagnóstico inicial, seguido del diseño de la intervención silvícola y de una señalización, hecha con criterio experto, de los árboles a promover debido a su interés (actual o potencial) desde el punto de vista económico (producción de madera de calidad, buena conformación, ausencia de defectos) y/o ambiental (portador de microhábitats de interés, productor de fruto, de especies poco representadas...). Esta promoción se consigue reduciendo la competencia por la luz y el agua que ejercen otros árboles cercanos. Además, se hacen desbroces selectivos y parciales del sotobosque, eliminando prioritariamente los matorrales de especies más abundantes y también los que suponen un riesgo más alto de propagación de incendios. A diferencia de otros enfoques silvícolas, en este caso se promueve la realización de intervenciones relativamente frecuentes (cada 6-10 años), de intensidad baja o intermedia, y de manera heterogénea dentro del rodal de actuación.
La silvicultura aplicada se caracteriza por promover la complejidad y la diversidad estructural y por buscar la provisión de múltiples servicios a escala del bosque. Dicho esto, los objetivos para las diferentes áreas del bosque pueden ser diversos en función de su potencial. La evaluación integral de esta silvicultura debe hacerse a medio plazo, una vez se hayan realizado actuaciones silvícolas con estos principios a lo largo del tiempo, aunque en el marco del proyecto MixForChange solo se pudo seguir la evolución de los bosques demostrativos durante 3 años después de la primera intervención. No obstante, durante este corto período de tiempo ya se ha observado una mejora generalizada de los servicios ecosistémicos que proveen estos bosques. Los principales resultados obtenidos son:
- Incremento de la tasa de crecimiento del arbolado, tanto de las especies dominantes como de las acompañantes.
- Mantenimiento de la riqueza florística (especies arbóreas, arbustivas y herbáceas), de la cantidad y diversidad de madera muerta y de la capacidad general de acoger biodiversidad forestal.
- Reducción de la vulnerabilidad a incendios forestales de alta intensidad, aunque la evolución después de tres años es variable: en encinares y castañares la mejora conseguida después de los tratamientos se pierde bastante rápidamente, mientras que en pinares y robledales la vulnerabilidad se continúa reduciendo espontáneamente los años posteriores a los tratamientos.
- Mejora del balance hídrico, al reducirse la transpiración e incrementarse el agua azul.
- Logro de un balance económico similar al que se obtendría si se hubiera aplicado una silvicultura convencional en bosques capitalizados (con suficiente cantidad de madera comercializable de dimensiones intermedias y grandes). En los bosques con poco volumen de biomasa y fuerte desarrollo del sotobosque el balance ha sido más desfavorable. En cualquier caso, se espera que el incremento en cantidad y calidad de la madera de alto valor generada con esta silvicultura permita en el futuro mejorar notablemente los resultados económicos.
La aplicación de una silvicultura con criterios de adaptación al cambio climático y naturalistas en cerca de 200 ha forestales ha permitido mejorar los principales indicadores de viabilidad del bosque: menor vulnerabilidad a la sequía y los incendios, mayor crecimiento y vitalidad y mantenimiento de los valores de conservación de la biodiversidad. Además, se han establecido las bases para promover la producción de madera de alto valor en el futuro, las cuales deberían permitir a medio plazo que esta gestión fuera, además, económicamente más favorable que la convencional.
A pesar de las claras ventajas de estos principios silvícolas, es necesario promover su conocimiento y transferir la aplicación práctica al personal dedicado a la gestión y planificación forestal, y también disponer de bosques demostrativos para generar conocimiento empírico a medio y largo plazo y también acoger iniciativas de formación.